¿Alguna vez te has preguntado por qué te fue peor de lo esperado en ese examen final universitario que hiciste en un gimnasio cavernoso o un salón enorme, a pesar de haber estudiado durante innumerables horas, días y semanas? Ahora tienes una razón genuina: techos altos.
Nueva investigación de la Universidad del Sur de Australia y la Universidad Deakin ha revelado un vínculo entre las habitaciones con techos altos y resultados de examen más pobres.
Un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology, dirigido por la investigadora de la UniSA, capacitada en arquitectura y psicología, Dra. Isabella Bower, en colaboración con la investigadora en psicología educativa, profesora asociada Jaclyn Broadbent, de la Universidad Deakin, demuestra que el diseño del edificio afecta nuestra capacidad para realizar tareas.
La Dra. Bower y su equipo analizaron datos de 15.400 estudiantes de pregrado entre 2011 y 2019 en tres campus de una universidad australiana, comparando los resultados de los exámenes de los estudiantes con la altura del techo de la sala en la que realizaron el examen.
Después de considerar las diferencias individuales de los estudiantes y su rendimiento anterior en los cursos, encontraron que los estudiantes tenían puntuaciones más bajas de lo esperado cuando realizaban exámenes en habitaciones con un techo elevado.
Los investigadores tuvieron en cuenta la edad, el sexo, la época del año en que realizaron el examen y si tenían experiencia previa en exámenes en los cursos investigados.
La Dra. Bower dice que es difícil identificar si esto se debe a la escala de la sala en sí, o factores como la densidad de los estudiantes o el mal aislamiento, que a su vez provocan fluctuaciones de temperatura y calidad del aire, todos factores que pueden afectar el cerebro y el cuerpo.
“Estos espacios a menudo están diseñados para fines distintos a los exámenes, como gimnasios, exhibiciones, eventos y actuaciones”, dice la Dra. Bower.
“El punto clave es que las habitaciones grandes con techos altos parecen perjudicar a los estudiantes y necesitamos comprender qué mecanismos cerebrales están en juego y si esto afecta a todos los estudiantes en la misma medida”.
Los resultados respaldan los experimentos que la Dra. Bower ha realizado utilizando la realidad virtual (RV), midiendo la actividad cerebral de los participantes expuestos a diferentes habitaciones, mientras controlaban otros factores como la temperatura, la iluminación y el ruido.
Utilizando una técnica llamada electroencefalografía (EEG), donde se colocan electrodos en el cuero cabelludo para medir la comunicación de las células cerebrales, su equipo modificó el tamaño de las habitaciones, mientras registraba la respuesta del cerebro. También midieron la frecuencia cardíaca, la respiración y la transpiración, revelando si alguien podía detectar inconscientemente un cambio en el entorno.
En estos experimentos de RV, encontraron que simplemente sentarse en una habitación más grande resultó en actividad cerebral asociada con la concentración en una tarea difícil. Esto los llevó a cuestionar si el rendimiento de la tarea en espacios grandes se reduce.
“Con base en estos resultados, teníamos curiosidad por aplicar nuestros hallazgos de laboratorio a un conjunto de datos del mundo real y ver si estar en un espacio grande como un gimnasio mientras tienes que concentrarte en una tarea importante resultaría en un peor rendimiento”, dice la Dra. Bower.
“Los exámenes han sido una parte clave de nuestro sistema educativo durante más de 1300 años, dando forma a las trayectorias profesionales y las vidas de los estudiantes”, dice la profesora asociada Jaclyn Broadbent.
En Australia, muchas universidades y escuelas utilizan grandes espacios interiores para los exámenes para racionalizar la logística y los costos. Es fundamental reconocer el impacto potencial del entorno físico en el rendimiento de los estudiantes y realizar los ajustes necesarios para garantizar que todos los estudiantes tengan una oportunidad equitativa de éxito”, dice.
“Estos hallazgos nos permitirán diseñar mejor los edificios en los que vivimos y trabajamos, para que podamos desempeñarnos de la mejor manera posible”.
Se puede encontrar un video que explica la investigación en
La Dra. Bower regresó recientemente de Zurich, donde fue la primera australiana en recibir un Premio NOMIS y Science Young Explorer por su investigación en curso sobre el diseño de edificios sobre el funcionamiento del cerebro y la salud mental.
Notas para editores
“Las alturas elevadas del techo reducen el rendimiento cognitivo de los estudiantes de educación superior durante los exámenes” se publica en el Journal of Environmental Psychology. DOI:
El artículo está escrito por la Dra. Isabella Bower y el Dr. Scott Coussens de la Universidad del Sur de Australia, y la profesora asociada Jaclyn Broadbent y el profesor Peter Enticott de la Universidad Deakin.
Revista
Revista de ciencia ambiental
Método de investigación
Estudio de caso
Sujeto de investigación
Personas
Título del artículo
Las alturas elevadas del techo reducen el rendimiento cognitivo de los estudiantes de educación superior durante los exámenes
Fecha de publicación del artículo
30-Jun-2024