Nuestro entorno influye en nuestro bienestar y salud mental. Por ejemplo, vivir en una ciudad puede aumentar el riesgo de enfermedad mental, mientras que vivir en la naturaleza es beneficioso para la salud mental. Por ejemplo, una caminata de una hora en la naturaleza reduce la actividad de la amígdala, una región del cerebro asociada con el estrés (Sudimac, S., Sale, V., & Kühn, S. 2022).
Sin embargo, todavía no está claro qué aspectos de nuestro entorno, como el color verde, los contaminantes del aire o los sonidos, tienen qué impacto en nuestra salud mental. Tampoco está claro cuál de nuestros sentidos juega el papel más importante en este contexto y qué mecanismos neuronales están involucrados en el procesamiento del entorno físico. Simone Kühn investigará ahora estas preguntas dentro del recién establecido Centro de Neurociencia Ambiental en el Instituto Max Planck de Desarrollo Humano: “Quiero entender a los individuos en su contexto y averiguar qué constituye un entorno saludable y estimulante para cada persona. Sabemos muy poco sobre esto”, dice Simone Kühn. “Estoy muy emocionada de tener la oportunidad de continuar mi investigación con mi centro de investigación en el Instituto Max Planck de Desarrollo Humano”, continúa la neurocientífica.
Su investigación se centra en cómo los diferentes entornos afectan nuestras vidas en varios momentos y durante diferentes períodos de tiempo: desde los efectos de los entornos de vida a largo plazo hasta las excursiones o paseos a corto plazo, hasta las respuestas agudas a estímulos ambientales específicos. Además de los entornos exteriores, también se examinarán los interiores y las características arquitectónicas, ya que los individuos en nuestra cultura pasan significativamente más tiempo en interiores que en exteriores. También son objeto de estudio los entornos extremos, como la Antártida y las cárceles.
Además de las técnicas de neuroimagen, se utilizarán métodos innovadores como la georreferenciación, que permite la caracterización objetiva de los entornos de vida utilizando mapas, imágenes de satélite y datos de ubicación. Esto permite a los investigadores estimar, por ejemplo, la densidad arbórea en un área determinada o los niveles medios de contaminación del aire. También se utilizará la realidad virtual para explorar las preguntas del centro de investigación. Con su naturaleza inmersiva, esta tecnología es de gran valor para la psicología ambiental, ya que los diferentes aspectos del entorno pueden variarse sistemáticamente.
Simone Kühn también planea realizar estudios longitudinales en colaboración con el Centro de Psicología del Ciclo de Vida del instituto para obtener más información sobre posibles fases críticas en la vida cuando el entorno físico es particularmente influyente. Además, el centro de investigación investigará cómo el ambiente afecta los cerebros de gemelos genéticamente idénticos en estudios de gemelos. “Este es un campo de prueba ideal para examinar la relación entre el ambiente físico y la estructura del cerebro, la función del cerebro y la salud mental”, explica Simone Kühn.
“Hemos estado colaborando con Simone Kühn en varios proyectos durante años y apreciamos enormemente su sentido de preguntas innovadoras y su excelencia científica”, dice el Director General Ralph Hertwig. “Dado el cambio climático y la creciente alteración de los entornos de vida, es urgente una mejor comprensión de los efectos del entorno físico en los humanos”, continúa Hertwig. Los hallazgos del grupo también podrían ayudar a mejorar el diseño de los entornos físicos, la planificación urbana y la arquitectura para promover la salud mental de las personas.
Acerca de Simone Kühn
Simone Kühn estudió psicología en la Universidad de Potsdam. Ha estado asociada con la Sociedad Max Planck durante mucho tiempo. La neurocientífica fue estudiante de doctorado en el Instituto Max Planck de Cognición Humana y Ciencias del Cerebro en Leipzig. Después de puestos posdoctorales en la Universidad de Gante en Bélgica, University College London y Charité – Universitätsmedizin Berlín, dirigió el grupo “Mecanismos y Progreso Secuencial de la Plasticidad” en el Centro de Psicología del Ciclo de Vida en el Instituto Max Planck de Desarrollo Humano de 2012 a 2016. Luego ocupó una cátedra Heisenberg en el Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (UKE). En 2019, regresó al Instituto Max Planck de Desarrollo Humano como directora del Grupo Lise Meitner de Neurociencia Ambiental. Desde julio de 2024 es miembro científico de la Sociedad Max Planck y Directora del Instituto Max Planck de Desarrollo Humano.
Publicación original
Sudimac, S., Sale, V., & Kühn, S. (2022). Cómo la naturaleza nutre: la actividad de la amígdala disminuye como resultado de una caminata de una hora en la naturaleza. Psiquiatría Molecular, 27, 4446–4452.