Nueva prueba de laboratorio para detectar cepas persistentes del VIH en África podría ayudar en la búsqueda de una cura
Un equipo multinacional dirigido por investigadores de Weill Cornell Medicine desarrolló una prueba que ayudará a medir la persistencia del VIH en personas afectadas por cepas virales que se encuentran principalmente en África, una herramienta vital en la búsqueda de una cura para el VIH que beneficiará a pacientes de todo el mundo.
El estudio, publicado en Nature Communications el 2 de julio, ayuda a llenar un vacío importante en la investigación sobre el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). La mayoría de los estudios sobre el VIH se han centrado en las cepas que circulan en los países occidentales, predominantemente en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres afectados por el subtipo B. Pocos estudios han examinado las cepas que circulan en África, donde las mujeres están afectadas de manera desproporcionada.
“La investigación para la cura del VIH tiende a centrarse en las cepas virales que circulan en los países desarrollados, pero para lograr una cura que sea aplicable a nivel mundial, debemos estudiar las cepas virales que están afectando a otras regiones del mundo”, dijo la autora principal Dra. Guinevere Lee, profesora asistente de virología en medicina en la División de Enfermedades Infecciosas y profesora asistente de microbiología e inmunología en Weill Cornell Medicine.
Los hallazgos muestran, al igual que otros estudios en países desarrollados, que las cepas del VIH que circulan en África establecen reservorios virales en el cuerpo humano. Aunque la terapia antirretroviral puede reducir el nivel de VIH en la sangre a un nivel indetectable, estos reservorios latentes continúan sobreviviendo. Contienen una gran cantidad de genomas de ADN proviral defectuosos que no pueden producir nuevos virus infecciosos, pero una pequeña cantidad de genomas permanece intacta genéticamente y lista para producir virus activos si se interrumpe el tratamiento antirretroviral.
La gran proporción de genomas virales defectuosos oscurece los intentos de los investigadores de cuantificar con precisión las copias de provirus intactos. “Estamos buscando una aguja en un pajar: para lograr una cura para el VIH, primero debemos averiguar si quedan provirus intactos en el cuerpo durante el tratamiento antirretroviral. Nuestro nuevo ensayo nos permite hacer esto. Luego necesitamos atacar y eliminar el ADN proviral intacto capaz de producir nuevos virus”, explicó la Dra. Lee.
Ampliar la lente de la investigación del VIH con un nuevo ensayo
La Dra. Lee y sus colegas analizaron el ADN de células inmunitarias llamadas células T CD4+, donde se esconde el ADN viral, de 16 mujeres y 7 hombres que recibían tratamiento antirretroviral contra el VIH en Uganda. La secuenciación genética del virus reveló dos subtipos predominantes del VIH-1: A1 y D (una cepa notoriamente agresiva). El estudio también identificó híbridos virales de A1 y D.
El equipo luego modificó las pruebas de laboratorio existentes que identifican provirus del subtipo B del VIH para detectar provirus que son de los subtipos A1 y D. “El nuevo ensayo que hemos desarrollado ayudará a los investigadores a centrarse en los genomas provirales intactos relevantes para la investigación de la cura del VIH para pacientes afectados por estas cepas poco estudiadas”, dijo la Dra. Lee.
La Dra. Lee y sus colaboradores multinacionales y multiinstitucionales ya están utilizando el nuevo ensayo para estudiar la persistencia viral a largo plazo en Uganda. Sus hallazgos muestran que la composición del panorama genómico proviral del VIH es ampliamente comparable entre los subtipos A1, D y B, lo que sugiere que los enfoques para atacar los reservorios de VIH intactos en África enfrentarán desafíos similares de “aguja en un pajar” como en América del Norte y Europa. Los estudios futuros también deberán evaluar las diferencias en los subtipos no B para comprender si los factores específicos del subtipo impactan la persistencia, la reactivación o la eliminación en los reservorios virales.
Los autores principales del artículo incluyen al Dr. Andrew Redd, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud, y a la Dra. Jessica Prodger, profesora asistente en los departamentos de Microbiología e Inmunología y Epidemiología y Bioestadística de la Universidad Western, Canadá.
Investigadores de la Universidad Simon Fraser, Canadá; Centro de Excelencia en VIH/SIDA de Columbia Británica, Canadá; Programa de Ciencias de la Salud de Rakai, Uganda; Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica; y la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins también contribuyeron a este estudio.
Los Institutos Nacionales de Salud están financiando este trabajo a través del Proyecto de Investigación para Avanzar en la Cura del VIH (REACH) Martin Delaney Collaboratory, que está codirigido por el Dr. Brad Jones, profesor asociado de inmunología en medicina y también profesor asociado de microbiología e inmunología en Weill Cornell Medicine, y la Dra. Marina Caskey, profesora de investigación clínica en la Universidad Rockefeller y profesora adjunta de medicina en Weill Cornell Medicine y médica especialista en enfermedades infecciosas en NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center. La colaboración REACH es uno de los 10 grupos de investigación colaborativos financiados por los NIH en todo el mundo que se centran en encontrar una cura para el VIH.
Este trabajo fue apoyado en parte por la División de Investigación Intramural, Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y las subvenciones de los NIH R21AI150398, R01AI162221 y UM1AI164565.
Revista
Nature Communications