Una nueva investigación ha descubierto diferencias sorprendentes en las dietas y los microbiomas intestinales de las aves cantoras que viven en las zonas contaminadas por radiación de la zona de exclusión de Chernóbil, Ucrania. Este estudio también es el primero en examinar el comportamiento reproductivo y la vida temprana de las aves que crecen en hábitats radiológicamente contaminados.
La zona de exclusión de Chernóbil (en ucraniano), también conocida como la zona de exclusión de Chernobyl (en ruso), es un área de aproximadamente 2.600 km2 de tierra contaminada radiológicamente que rodea la central nuclear de Chernóbil. Los niveles de contaminación no son homogéneos en toda la zona.
“Las consecuencias de la contaminación radiológica para la vida silvestre aún son ampliamente desconocidas, especialmente los riesgos que se plantean para la vida silvestre en la vida temprana”, comenta el Sr. Sameli Piirto, investigador de doctorado en la Universidad de Jyväskylä, Finlandia. “Nuestra hipótesis era que la biodiversidad en las áreas contaminadas se vería comprometida, lo que llevaría a cambios en la reproducción, la dieta y el microbioma intestinal de las aves”.
Para examinar los efectos de la contaminación radiológica en el desarrollo de las aves, el Sr. Piirto y su equipo investigaron los comportamientos reproductivos y las fisiologías de dos especies comunes de aves cantoras europeas, el carbonero común (Parus major) y el papamoscas gris (Ficedula hypoleuca). Se seleccionaron estas especies debido a sus ecologías bien estudiadas.
Se colocaron cajas nido en varias áreas que pertenecían a dos categorías dentro de la zona de exclusión de Chernóbil: áreas de alta contaminación radiológica y áreas de baja contaminación. Las aves adultas y los polluelos que utilizaban las cajas nido fueron monitoreados, y se utilizó ADN de muestras fecales para estudiar las dietas de las aves y caracterizar sus comunidades microbianas intestinales.
El Sr. Piirto descubrió que, si bien la tasa de ocupación de los nidos era menor en las áreas contaminadas, no había otras diferencias importantes en la ecología reproductiva o la salud de los polluelos entre los dos niveles de contaminación por radiación para ninguna de las especies. Sorprendentemente, se descubrió que los polluelos de ambas especies tenían una mayor diversidad de insectos en su dieta en las áreas contaminadas.
Si bien los niveles de radiación ambiental no se asociaron con la diversidad bacteriana del microbioma intestinal, el nivel de radiación sí se asoció con la composición relativa del microbioma. “Estos resultados crean una base interesante para comprender la ecología aviar en áreas contaminadas radiológicamente”, comenta el Sr. Piirto. “Nos brindan información novedosa valiosa sobre los efectos que la radiación tiene en las aves juveniles, un área de investigación que hasta ahora no estaba clara”.
Esta investigación puede ayudar a proporcionar información sobre los efectos a largo plazo de los accidentes nucleares en la salud de la vida silvestre. “La contaminación radiológica crea un factor estresante adicional que los organismos deben afrontar, lo que lleva a una miríada de consecuencias que aún no se comprenden completamente”, comenta el Sr. Piirto. “Estudiar sus efectos es crucial si la humanidad quiere perseguir un futuro aún más nuclear”.
Esta investigación se presentará en la Conferencia Anual de la Sociedad para la Biología Experimental en Praga del 2 al 5 de julio de 2024.